Slow life, la alternativa a nuestra obsesión por las prisas

Slow life Mandarina garden

En este momento de mi vida rozando ya casi los 40 a una velocidad vertiginosa y sin frenos… siento la necesidad imperante de intentar parar el tiempo por unos instantes… Tan solo un momento y detenerme a observar curiosamente la velocidad a la que va mi día a día, mis pensamientos y mi mente, mis proyectos, mis ganas de aprender mucha cosas… Mis inquietudes, de lo rápido que crecen mis hijas, ¡se me escapan! Mi reloj interno hace tick tack tick tack …
Hay muchas cosas que quiero hacer, me siento fuerte y dichosa de mis ilusiones, pero también dudo si seré capaz de poder llevarlo todo… ¡¡Me siento como una malabarista de mi propia vida!!!

Dedica tiempo a tus niños

En la actualidad, existe una nueva actitud contra la velocidad se le denomina internacionalmente como movimiento slow. Un estilo de vida rápido equivale a atareado, controlador, agresivo, apresurado, analítico, estresado, superficial, impaciente y activo; Lento es lo contrario: sereno, cuidadoso, receptivo, silencioso, intuitivo, pausado, paciente y reflexivo;

Momentos de relax con la familia

La lentitud es necesaria para establecer relaciones verdaderas y significativas con el prójimo, la cultura, el trabajo, la alimentación…

Slow life, is a revolution an alternative to our obsession with speed La paradoja esta en que lentitud no significa, en este contexto, lento. Sino que cada cosa, cada actividad necesita su tiempo. Equilibrio es la palabra clave en esta filosofía. Actuar con rapidez cuando tiene sentido hacerlo y ser lento cuando la lentitud es lo más conveniente. Tratar de vivir en lo que los músicos llaman el tempo giusto, la velocidad apropiada.

Dedica más tiempo con aquellos que más te importan

Si habéis leido el precioso número 3 de Kireei magazine os habréis encontrado con estas palabras:

«La vida lenta nos puede sugerir tardes de lluvia leyendo bajo las mantas, charlas con los amigos, humeantes tazas de café y apacibles mñas de pereza dominguera…
Quizá nos sorprenda un poco si alguien nos dice que lentitud también pueden ser enérgicos trayectos en bicicleta, correr por la montaña o escuchar música en un tren que atraviesa campos a mas de cien por hora.
La lentitud es una forma de entender la vida.
Tiene sentido invocar la lentitud desde esta vida acelerada que rezuma velocidad por todas partes.»

Bonito y cierto, ¿verdad?
Así que , si estáis faltos de esa lentitud, os propongo un ratito en Mandarina para que os toméis vuestro tiempo, una horita, dejad al peque con nosotras, y parad, parad un momento para pensar…. y relax. Nuestro salón de SlowCafé es la cafetería ideal para con niños, con monitora especializada que se encargará en todo momento de los tuyos mientras desconectas y haces un break merecido.

Yo, empiezo a echar de menos mi vida lenta… Gracias al MOVIMIENTO SLOW me he dado cuenta que no es lo mismo vivir corriendo que correr viviendo.

Momentos únicos, dedicar tiempo a observar la naturaleza

 

, , ,

Un comentario

  1. Me gusta eso que dices..es posible?
    Veremos…

Responder a martin Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *