Enseñar a ordenar

Existe la creencia de que la organización y el orden son facultades innatas a algunas personas, y las que no las tienen las pueden adquirir de forma autodidacta con un poco de voluntad.  También el arte de cocinar es un don que no todas las personas tienen y sin embargo muchas toman clases de cocina o compran libros de recetas fáciles.

Aunque comer es una necesidad, también lo es vivir o trabajar en un espacio ordenado y organizado. El orden genera serenidad y rebaja los niveles de stress, algo que hoy por hoy es una necesidad. Y lo más importante nos regala tiempo. Porqué entonces la receta del bizcocho de la abuela pasa de generación en generación y  la forma de doblar la ropa o mantener el armario ordenado no?

Durante este tiempo me he dado cuenta de que imponer una determinada forma de tener las cosas de la casa ordenadas es algo difícil de conseguir, cuantas veces vamos detrás de los niños (y no tan niños….) diciéndoles que no se dejen la ropa tirada por el suelo, o que recojan los platos de la mesa? En esto, como en todo, la imitación y el juego son dos recursos que he aprendido a utilizar para conseguir que poco a poco los niños empiecen a adquirir hábitos de orden de una forma sencilla y natural.

Si tu hijo te ve leyendo libros y le implicas en la lectura probablemente será más fácil inculcarle el habito de la lectura que si no lo haces, o si sólo ve los libros puestos en la librería… probablemente tu hijo será mas ordenado si te ve ordenando y le implicas en ello que si simplemente abre el cajón de su armario y está toda la ropa ordenada.

Así que un buen día me dije, ¿y por qué no enseñar a mis hijos a doblar la ropa como si de una receta de cocina se tratase?

Una vez al mes desde este rincón “donde vive la imaginación” compartiremos recursos y técnicas sencillos que os ayuden a transmitir a vuestros hijos hábitos que les ayuden a ser ordenados de una forma más autónoma, y por supuesto me encantará recibir vuestros comentarios y experiencias!